Periodismo militante.Nora Bär
Mientras aquí, en la Argentina, muchos periodistas y medios de comunicación están inmersos en una agria discusión sobre su rol social,
Miércoles 29 de junio de 2011.
seguramente la mayoría de los concurrentes a una reunión,
que esta semana se desarrolla en la capital de un pequeñísimo emirato árabe, no tendrían problemas en confesar que toman su profesión con el entusiasmo, la convicción y el ardor de una militancia.
Son los más de 700 asistentes, llegados de 90 países,
Son los más de 700 asistentes, llegados de 90 países,
al Congreso Mundial de Periodismo Científico 2011,
en Doha, capital de Qatar, sobre el Golfo Pérsico, un país súbitamente inundado de riqueza desde que
puede extraer 800.000 barriles diarios de petróleo.
Entre ellos hay premios Nobel, "estrellas" internacionales de la prensa escrita, la radio y la TV, blogueros, twitteros, científicos dedicados a la divulgación, y un grupo de argentinos que conocen bien las dichas y las penurias que depara esta especialidad que se abraza con una pasión que desconcierta.
Aunque suene como un falta de modestia, porque nuestros temas no están al tope de las agendas mediáticas, todos estamos convencidos de que revisten una importancia crucial en esta era en la que dependemos crecientemente de la ciencia y la tecnología.
Discusiones como las que surgen en torno de un tratamiento médico,
Discusiones como las que surgen en torno de un tratamiento médico,
la investigación en células madre embrionarias,
la energía nuclear,
los alimentos genéticamente modificados,
la orientación sexual,
la biología sintética
(es decir, la modificación de sistemas biológicos para dotarlos de funciones que no se encuentran en la naturaleza),
la terapia génica y potenciales modos de manipulación mental, entre otras, son todas cuestiones que no pueden dirimirse sin una comprensión precisa de lo que está en juego.
Entonces, si hablamos de militancia... sí.
Entonces, si hablamos de militancia... sí.
Para trabajar sin someternos a autoritarismos, lejos de conflictos de interés, conscientes de que, como en la mayoría de las esferas humanas, la ciencia muchas veces ofrece verdades relativas, para comunicar adecuadamente, más allá de los laboratorios, lo que la ciencia sabe.
Y, también, lo que no sabe.
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