viernes, 20 de mayo de 2011
Lo grande y . . . lo Pequeño.
Cuando leí la nota del Doctor Amatucci, explicando
con claridad de maestro, un tema tan controvertido,
de inmediato surge en mi, esta nota editorial.
Primero: el Presidente del Uruguay, Señor Mujica,
fue guerrillero, combatió a las fuerzas de la ley,
de su país, perdió y fue encarcelado largos años.
Luego, la democracia de su país, le dio la
posibilidad de, por la ley, ganar lo que derramando
sangre inocente e innecesaria, no había podido lograr.
Los años, le permitieron entender, y aceptar las leyes
del juego democrático y social.
Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada.
Que envidia. . .
En Argentina, la misma guerra sucia, sangrienta y
despiadada, de un lado y del otro.
Llegó al fin la democracia, y bien o mal, a los mismos
actores de un lado y del otro, aplicó penas, mas justas
o menos justas, pero penas al fin, marcó culpas y condenas.
Luego, un presidente CONSTITUCIONAL, como Mujica,
en función de la ley, perdona a los condenados de los dos
bandos, para que se pacifique la nación, partida al medio
por actos infames de los dos lados.
Ahora los mismos asesinos subversivos, llegan al gobierno
por la democracia que odiaron y ensangrentaron, y se
convierten en jueces de sus oponentes de antes.
Destrozan a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, de la
Nación, no de su idea.
Y otra vez siembran el odio con las mismas mentiras desde
la seudo democracia, que desconocieron y odiaron entonces.
Es mas, si el perdón o indulto presidencial fue para ambas
partes, ¿con que derecho se arrogan el poder de anular un
indulto para unos y para otros no?
Que envidia, señor Mujica, a usted lo trataron peor que a
muchos de los que hoy, en Argentina, repiten el error de antaño.
Sin conciencia, sin amor de Patria, sin humanidad,
otra vez, pero ahora desde la Democracia, muestran no
tener ni la altura, ni el honor, ni la nobleza, ni la
dignidad de los cargos que ocupan, gracias a la
mala memoria de los Argentinos, que ya se
acostumbraron a comprar espejitos de colores, y sin
mirar, aceptan la mentira y le dan el voto a la in- nobleza,
de quienes se creen dueños de la Historia,
sin entender, que al cabo de los años, la misma Historia
que hoy prostituyen, les devolverá el golpe y los pondrá
en el lugar que les corresponde a sus actos.
Que envidia, señor Mujica, el Uruguay tiene un prócer,
para la Historia que viene, ¡ ¡ ¡ Usted. ! ! !
Rodolfo Griffa.
Para Buendianoticia
con claridad de maestro, un tema tan controvertido,
de inmediato surge en mi, esta nota editorial.
Primero: el Presidente del Uruguay, Señor Mujica,
fue guerrillero, combatió a las fuerzas de la ley,
de su país, perdió y fue encarcelado largos años.
Luego, la democracia de su país, le dio la
posibilidad de, por la ley, ganar lo que derramando
sangre inocente e innecesaria, no había podido lograr.
Los años, le permitieron entender, y aceptar las leyes
del juego democrático y social.
Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada.
Que envidia. . .
En Argentina, la misma guerra sucia, sangrienta y
despiadada, de un lado y del otro.
Llegó al fin la democracia, y bien o mal, a los mismos
actores de un lado y del otro, aplicó penas, mas justas
o menos justas, pero penas al fin, marcó culpas y condenas.
Luego, un presidente CONSTITUCIONAL, como Mujica,
en función de la ley, perdona a los condenados de los dos
bandos, para que se pacifique la nación, partida al medio
por actos infames de los dos lados.
Ahora los mismos asesinos subversivos, llegan al gobierno
por la democracia que odiaron y ensangrentaron, y se
convierten en jueces de sus oponentes de antes.
Destrozan a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, de la
Nación, no de su idea.
Y otra vez siembran el odio con las mismas mentiras desde
la seudo democracia, que desconocieron y odiaron entonces.
Es mas, si el perdón o indulto presidencial fue para ambas
partes, ¿con que derecho se arrogan el poder de anular un
indulto para unos y para otros no?
Que envidia, señor Mujica, a usted lo trataron peor que a
muchos de los que hoy, en Argentina, repiten el error de antaño.
Sin conciencia, sin amor de Patria, sin humanidad,
otra vez, pero ahora desde la Democracia, muestran no
tener ni la altura, ni el honor, ni la nobleza, ni la
dignidad de los cargos que ocupan, gracias a la
mala memoria de los Argentinos, que ya se
acostumbraron a comprar espejitos de colores, y sin
mirar, aceptan la mentira y le dan el voto a la in- nobleza,
de quienes se creen dueños de la Historia,
sin entender, que al cabo de los años, la misma Historia
que hoy prostituyen, les devolverá el golpe y los pondrá
en el lugar que les corresponde a sus actos.
Que envidia, señor Mujica, el Uruguay tiene un prócer,
para la Historia que viene, ¡ ¡ ¡ Usted. ! ! !
Rodolfo Griffa.
Para Buendianoticia
Amnistía. Caducidad de los Delitos. Perdón. Olvido. Pacificación!!
Qué es la Ley de Amnistía?
Esta norma suspende los juicios por las violaciones a los derechos durante la dictadura.
Mujica apoyó su vigencia para "concentrarse en el futuro del país"
Esta norma suspende los juicios por las violaciones a los derechos durante la dictadura.
Mujica apoyó su vigencia para "concentrarse en el futuro del país"
La Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, conocida como Ley de Caducidad, impide juzgar las violaciones a los derechos humanos cometidas por militares y policías durante la dictadura (1973-1985).
Está vigente desde el gobierno de Julio María Sanguinetti y representa una amnistía para los militares y las fuerzas de seguridad que fueron acusados de violar los derechos humanos a lo largo de los años de la dictadura, de acuerdo a un matutino porteño.
Si bien el juzgamiento de quienes cometieron delitos durante esa época resultaría justo, implica al mismo tiempo quedarse anclado al pasado. Es la voluntad por seguir adelante y olvidar esa oscura estapa del país la que llevó a apoyar la vigencia de la norma.
Pero esta no es la primera vez que se le dice "no" a la eliminación de la ley. Su primera ratificación tuvo lugar en 1989 y su segunda, en 2009.
Este año el Frente Amplio impulsó una vez más desde el Parlamento una norma para intentar hacerla inaplicable. Hace poco, fueron varios los artículos de la norma sancionados. De hecho, el partido oficialista fue el encargado de tal decisión. Pero se confirmó que seguirá vigente, como el pueblo lo pidió en las dos anteriores ocasiones. La sociedad de Uruguay planea de esta manera dejar atrás un oscuro pasada y focalizarse en el futuro.Sin embargo, la decisión popular y política sustenta la intención del presidente de Uruguay de abandonar de los fantasmas del pasado.
Son varios los senadores que fueron perseguidos durante la dictadura de los años 70, así también el propio presidente Pepe Mujica. Sin embargo, este apoyo a la vigencia de la ley parece indicar que el propósito es cerrar esa etapa de la historia del país vecino, como lo quiere el pueblo.
Está vigente desde el gobierno de Julio María Sanguinetti y representa una amnistía para los militares y las fuerzas de seguridad que fueron acusados de violar los derechos humanos a lo largo de los años de la dictadura, de acuerdo a un matutino porteño.
Si bien el juzgamiento de quienes cometieron delitos durante esa época resultaría justo, implica al mismo tiempo quedarse anclado al pasado. Es la voluntad por seguir adelante y olvidar esa oscura estapa del país la que llevó a apoyar la vigencia de la norma.
Pero esta no es la primera vez que se le dice "no" a la eliminación de la ley. Su primera ratificación tuvo lugar en 1989 y su segunda, en 2009.
Este año el Frente Amplio impulsó una vez más desde el Parlamento una norma para intentar hacerla inaplicable. Hace poco, fueron varios los artículos de la norma sancionados. De hecho, el partido oficialista fue el encargado de tal decisión. Pero se confirmó que seguirá vigente, como el pueblo lo pidió en las dos anteriores ocasiones. La sociedad de Uruguay planea de esta manera dejar atrás un oscuro pasada y focalizarse en el futuro.Sin embargo, la decisión popular y política sustenta la intención del presidente de Uruguay de abandonar de los fantasmas del pasado.
Son varios los senadores que fueron perseguidos durante la dictadura de los años 70, así también el propio presidente Pepe Mujica. Sin embargo, este apoyo a la vigencia de la ley parece indicar que el propósito es cerrar esa etapa de la historia del país vecino, como lo quiere el pueblo.
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