martes, 3 de mayo de 2011


FORO NACIONAL DEL SEGURO 2011 - AGENDE ESTE IMPORTANTE EVENTO‏






                                                  DENUNCIA  DE  ADEPA
María Elena Polack 
LA NACION
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) 
denunció ayer que "la prensa argentina atraviesa un período 
de gravedad creciente, en el que se está avasallando la 
libertad de expresión".
Daniel Dessein, presidente de la entidad que agrupa a más de 
un centenar de publicaciones de todo el país, advirtió sobre el "
a las plantas impresoras de Clarín, Olé, LA NACION, La Voz del 
Interior y Día a Día, al hablar durante la 145a junta de directores, 
en la cual dio a conocer un informe de la Comisión de 
Libertad de Prensa.
El documento advierte que se está "frente a las sombras de una 
cultura autoritaria" y señala que "pese a que formalmente se pueda
 todavía decir lo que se piensa, quien lo haga debe atenerse a las 
consecuencias persecutorias". 
Agrega que "esto es válido tanto para los periodistas como para los 
medios que no estén lisa y llanamente al servicio del Gobierno o bajo 
su entera dependencia económica y política".
El informe hace referencia, además, a "las acciones que apuntaron al 
menoscabo personal y profesional de periodistas, directivos y 
empresarios de medios a través del trato prepotente y descalificatorio 
por parte de algunos funcionarios o de campañas de hostigamiento y 
desprestigio desde el cada vez mayor número de medios oficiales o 
afines al Gobierno, virtualmente sostenidos por un uso arbitrario de la 
pauta oficial".
El informe, incluye un detalle de todas las empresas periodísticas que 
sufrieron bloqueos o problemas en los últimos tiempos, y cuestionó a 
las autoridades nacionales por "agregar el aliento de escraches públicos 
que llegaron al extremo de estimular a niños y a jóvenes a escupir sobre 
las imágenes desplegadas en la vía pública de periodistas que osaron 
 juzgar críticamente al Gobierno".
La entidad consideró que "esta larga cadena de ataques a la libertad de 
expresión tiene implicancias que van mucho más lejos de los intereses de 
los dueños de los medios de comunicación en general o de algún periodista
 en particular que, en todo caso, siempre serán circunstancias.
ADEPAplanteó asimismo la preocupación "por el clima de intolerancia que 
alienta estos ataques" y por la posibilidad de que "se extienda -como una 
oscura sombra- a diferentes actividades y sectores sociales, y sea síntoma 
del avance de una cultura que se propone imponer una forma única de 
concebir la realidad y pensarla con los parámetros de quienes gobiernan".
"Con ello se tiende a limitar, o hasta silenciar, toda voz que, viniendo de 
donde viniere, contradiga el «relato oficial» de la realidad", se indicó.