jueves, 26 de mayo de 2011

Nuevo informe Observatorio de la Deuda Social UCA: Empleo, subempleo, seguridad social y bienestar subjetivo - .‏




EDSA / 4ª trimestre 2010 del Observatorio de la Deuda Social Argentina – UCA

Empleo, subempleo, seguridad social y bienestar subjetivo

Buenos Aires, mayo de 2011.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA presentó el informe “Empleo, subempleo, seguridad social y bienestar subjetivo” correspondiente al 4° trimestre 2010.
El informe incluye los siguientes datos:
·     Entre 2004 y 2010 hubo un incremento del porcentaje de trabajadores con empleo pleno, de 28,0% a 41,0% del total de activos, y en la disminución de la desocupación, de 18,8% a 10,7%. Esta mejora estuvo fuertemente concentrada entre 2004 y 2007. A partir de 2007-2008, la situación se agravó con la crisis y volvió a mejorar con la reactivación económica. En este sentido, entre 2009 y 2010 se registró una leve mejora cayendo 1 punto la desocupación y 3 puntos el empleo precario. Sin embargo, actualmente todavía existe un 22% de desempleo o empleo indigente y un 37% de trabajadores precarios. Son los jóvenes –sobre todo los de los estratos más bajos- los que presentan tendencia a una mayor desocupación (16,1%) que los adultos (7,6%).
·   Por otra parte, la brecha de iniquidad parece ampliarse, siendo que los integrantes del estrato muy bajo presentan 13 veces más riesgo de subempleo indigente o desempleo que los del medio alto. Asimismo, un 43,0% de los activos del estrato social muy bajo declara haber estado desocupados por lo menos una vez en el último año mientras que sólo lo estuvo el 15,7% de los del estrato medio alto. 
  Por último, en el año 2010, tres de cada 4 de los trabajadores del estrato muy bajo no contribuyen al Sistema de Seguridad Social mientras que no lo hace sólo uno de cada 4 del estrato medio alto.
·  Entre los años 2004 y 2010 disminuyó la proporción de personas activas que estuvieron por lo menos una vez desocupadas en el último año. 
  Esta situación pasó de un 41,5% en 2004, a un 32% en 2009 y a un 27,9% en 2010, lo cual está dando cuenta de un contexto laboral más favorable pero que todavía mantiene altas tasas de empleo inestable.
·                   Una mejora importante se registra con el incremento de la cobertura que registró entre 2004 y 2010 el sistema de jubilaciones y pensiones, logrando pasar de un 70% de cobertura a más de un 95% de la población de mayores. 
  Al mismo tiempo, cabe destacar que el aumento fue marcadamente superior entre los integrantes de hogares de menores recursos: para los habitantes en edad de jubilación del estrato social muy bajo la cobertura pasó de 57,5% a 97,2.
·                   En correlación con el proceso económico general, el nivel de percepción de felicidad en la PEA pasó de 7,7 puntos en 2005, a 8,1 puntos en 2009, estancándose en 8 puntos en 2010. Si bien existe una tendencia ascendente a lo largo de los años, las variaciones más marcadas se observan al comparar 2004 y 2009. Sin embargo, esto no alcanzó a todos por igual. La población que cuenta con un empleo pleno registro para 2010, 8,3 puntos mientras que la población subempleada alcanzo un 7,5.
·                   Una mejora a tener en cuenta es la disminución del malestar psicológico en la PEA. Mientras que en 2004 alcanzaba a un 27,4%, para 2010 este número disminuyo a 20,3%. Esta disminución es mayor en el sector de la población que cuenta con un empleo pleno, el cual registraba en 2004  un 22,7% de malestar mientras que en 2010 este numero abarca solo a un 8,6%. Pero en el caso de los subocupados y desocupados el malestar que en 2004 era de 39,9% disminuyó solamente al 35,9% en 2010.
·                   Si miramos la insatisfacción laboral, el deseo de cambiar de trabajo que presenta la población, observamos que para 2004 alcanzaba a un 35,4% de la población ocupada, llegando a su punto más bajo en 2008 con 27,8% y aumentando nuevamente a 29,8% en 2010. En el estrato social más bajo vemos que para quienes cuentan con empleo pleno la insatisfacción se redujo del 36,1% en 2004 a 20,9% en 2010, pero en caso de los empleos precarios, la incidencia del deseo de cambiar de trabajo casi no varió, alcanzando niveles de 64,7% en 2004 y de 63,2% en 2010.

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