viernes, 6 de enero de 2023

 EL GOBIERNO MANEJA 

UNA EMPRESA                    

DE DEMOLICIONES.



Por :  MALU KIKUCHI.


En un día glorioso, el 1º de mayo de 1853, las provincias con enorme generosidad renunciaron a sus aduanas, que las proveían de rentas, para congregarse y constituirse en nación. Así nació la Nación Argentina, que eligió como forma de gobierno la representativa republicana federal.

Eran 14 provincias, aunque la soberbia Buenos Aires hablara de 13 ranchos y una provincia. La historia argentina gira alrededor de la aduana del puerto de Buenos Aires. Cuando se pretendió que Buenos Aires compartiera las rentas de la aduana, la provincia se retiró.

Buenos Aires no firmó la Constitución de 1853 y se dividió el país entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires. Recién en 1862 con la presidencia de Bartolomé Mitre se consolidó la República Argentina. Con instituciones fuertes que permitieron que creciera el país.

Hoy, enero del 2023 la Argentina no es ni representativa ni republicana ni federal. No es representativa porque con lista sábana no se conocen los candidatos. Con la excepción de pocas provincias con ley de ficha limpia ese tipo de lista es un aguantadero para algunos corruptos.

La Argentina no es un país republicano, acá no se respeta la división de poderes, división que es el cimiento de la república. Y no es federal, las provincias están atadas al arbitrio del ejecutivo que reparte la coparticipación a los gobernadores amigos y a los demás, no.

Alberdi en su “Sistema económico y rentístico…” escribió que las provincias recaudan los impuestos internos y participan a la nación y la nación cobra los impuestos externos y participa a las provincias. Fue así hasta 1935 (ley de Federico Pinedo, ministro de economía de Justo).

Se suponía que era una situación que duraría poco, pero como todo lo efímero en Argentina se hizo eterno. Y con la reforma de la Constitución de 1994 le dieron el golpe final al federalismo: se abolió el colegio electoral donde todas las provincias tenían el mismo poder.

Hoy La Matanza tiene la posibilidad de elegir un presidente, importa el número de habitantes. El país dejó de ser federal. Pero no es suficiente, en la demolición de las instituciones básicas del país, está en la mira la Corte Suprema de Justicia de la Nación. ¿Por qué? Por Cristina Fernández.

La Corte es la cabeza del poder judicial y sus fallos son de cumplimiento obligatorio. “La Constitución es lo que dice la Corte que es la Constitución”. El Presidente y 11 gobernadores pretenden someter a un juicio político a la Corte. Empezando por Horacio Rosatti, que la preside.

Primero la comisión de juicio político del legislativo debe aceptar la denuncia. Seguramente lo hará. Luego debe pasar a la Cámara de Diputados (cámara acusadora, artículo 53) donde necesita el voto de los dos tercios de los presentes.

Si llegara el pedido de juicio político al Senado (cámara revisora, art 59) ahí también se necesitan los dos tercios de los presentes. Es difícil que suceda, pero de todos modos este pedido queda latente durante 3 años y su final no es previsible. Lo hizo Kirchner con éxito entre 2003 y 2005.

Enero 2023, la gente está desesperada con la inflación de casi el 100% en 2022. Sube el transporte, suben las prepagas (que todavía algunos pueden pagar), sube el gas, sube la electricidad. Y sube la inseguridad, el desempleo y la pobreza.

Mientras, el gobierno que es responsable de casi todo lo que sucede en materia económica y de seguridad está empeñado en demoler el poder judicial. ¿Por qué? ¿Por el fallo sobre el Consejo de la Magistratura que CFK no obedeció? ¿Por la cautelar sobre los ingresos de CABA?

No, nada de eso importa, la verdad es que la vicepresidente necesita una Corte adicta y todo un poder judicial a su servicio. Ya lo hicieron Néstor y ella en Santa Cruz. Necesita pasar a la historia como Belgrano y San Martín, de ser posible como los dos próceres sumados.

Y está condenada en primera instancia por defraudación a los bienes del Estado, o sea a los habitantes del país. Con cifras siderales. Le queda tiempo para apelar a la Cámara en lo penal y si ésta también la condenara, necesitaría una Corte Suprema que la absolviera.

O sea que todo este disparate de pedir un juicio político a la Corte (avalado por el FdT) es simplemente pirotecnia política para asustar a los supremos y pretender que una culpable fuera inocente. Aunque las pruebas de los fiscales Luciani y Mola en su contra fueron contundentes.

¡Qué tristeza! Todo un gobierno al servicio de una ladrona millonaria mientras la gente pasa necesidades.
Se equivoca el Presidente cuando dice que “en la Argentina los únicos privilegiados son los jueces”.
No es así. 
Acá, hoy, los únicos privilegiados son los corruptos.

 Perros Nadando.

Por :  Dr. ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO.

“Sin libertades somos un rebaño 
 pastoreado por hienas”.                                                                                
Antonio Escohotado.

La jauría que nos gobierna, tan cascoteada ella, está dispuesta a llegar a las últimas consecuencias para lograr su prioritario objetivo actual: la impunidad de la jefa de la banda delictiva que, con tanta saña, sigue saqueando al país. 

Y digo “actual” porque antes lo era la conservación de un poder que ya sabe perdido irremisiblemente. Para llegar a esa orilla, nadan en el mar de las instituciones dando manotazos caninos para no ahogarse.

 

A pesar de mi edad, la viuda de Kirchner y sus esbirros me permiten, diariamente, recuperar mi capacidad de asombro. 

Contribuye a ese efecto la pasividad de una sociedad que, a esta altura de los hechos, hubiera estallado en cualquier lugar del mundo. 

Geografías tan distantes como Santa Cruz de la Sierra o Teherán, Ayacucho o Trípoli, Bucarest o El Cairo, permiten comprobar cuanto digo.

 

Sin embargo, nada parece conmover a los argentinos. Que todos sepamos que mantiene su cargo una Vicepresidente condenada por corrupción y procesada en una decena de causas, y que la misma delincuente enriquecida percibe el equivalente a 150 jubilaciones mínimas y, además, pretende cobrar una multimillonaria retroactividad, un derecho que se niega a decenas de miles de ancianos paupérrimos cuyas sentencias favorables son apeladas hasta el infinito por el mismo gobierno que ella integra, y nada hagamos al respecto, habla a las claras de qué tipo de decadente sociedad hemos logrado conformar.

 

La enorme mayoría de nuestros conciudadanos no se entera de los inmundos ataques que el arrastrado y baboso caracol que ejerce la Presidencia sostiene contra la República y su Constitución: unos, porque prefieren no preocuparse por los acontecimientos políticos durante sus esplendorosos veraneos; los más, porque deben concentrar sus esfuerzos en meramente sobrevivir en una sociedad con 50% de pobreza y corroída hasta la médula por la inseguridad y el narcotráfico del cual es indudable socio el poder, y porque, al haber arrasado muchos gobiernos la educación pública, carecen de la instrucción necesaria para procesar la información.

 

La descarada ofensiva que Alberto Fernández ha desatado contra el Poder Judicial, en la que lo secunda esa otra jauría de perros formada alrededor de Jorge Capitanich, Gerardo Zamora y Ricardo Quintela, los bandidos victimarios de las provincias del Chaco, Santiago del Estero y La Rioja, respectivamente, debiera conmover a todos, porque están en juego nuestras más esenciales libertades. Si lograra su propósito –algo que parece hoy muy improbable- de remover a los ministros de la Corte Suprema, significaría que dispone de las mismas mayorías especiales que se requieren para designar a sus reemplazantes y, así, hacerse con la suma del poder público para ofrendarlo en el altar de la abeja reina hotelera quien, a pesar de todo, ignora olímpicamente el cortejo del zángano.

 

Éste, en esa danza sexual inconducente, recurre a las armas más innobles de su arsenal, y utiliza intervenciones claramente ilegales, arrimadas por ladrones con uniforme del Ejército, para sus ataques contra una oposición cuya mayor virtud, quizás la única y tal vez efímera, es la unidad. Mientras Cambiemos resista así con todas sus fracciones internas, no podrán los “putines” locales avanzar, y sobre el bunker de su comandante en jefe seguirán lloviendo misiles lanzados desde los tribunales, haciéndolo temblar hasta los cimientos. Febrero, en ese terreno, promete verdaderos diluvios, los mismos que tanto faltan en la pampa argentina.

 

Sergio Aceitoso Massa, apoyado por la nueva kirchner-burguesía, a la cual el Ministro condona deudas monumentales, debe hacer malabares con las cifras para seducir a un fácil FMI y evitar que todo salte por los aires antes de las elecciones, objetivos que claramente se ven comprometidos por los ataques del Ejecutivo sobre el Poder Judicial tanto en el escenario local cuanto global. Por ello, resulta curioso que haya ordenado a sus sicarios en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados acompañar la iniciativa presidencial. ¿Será porque ya da por perdida la batalla de la economía y, con ella, sus propios sueños presidenciales?

 

Si así fuera, los hechos le dan la razón. Pese a los rimbombantes anuncios que emite su gerencia de relaciones públicas, el catastrófico resultado de la suma de la inédita sequía, más el “plan platita” que le impondrán el Instituto Patria y La Cámpora en un año electoral (el apoyo de los gobernadores no será gratuito, y Axel Kiciloff necesitará una cantidad sideral para intentar conservar la Provincia de Buenos Aires), más la monumental emisión que se vio obligado a ordenar para atender a los intereses de las Leliq’s, implica que la inflación no cederá y, tampoco, aumentarán las reservas del Banco Central.

 

Finalmente, los primeros pasos del tercer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva confirman los pronósticos que decían que los auxilios que la trifecta argentina esperaba recibir de Brasil llegarán con cuentagotas o nunca lo harán. Alberto Caracol Fernández fue a la asunción y, con la esencial ayuda de nuestro tan exitoso Embajador, Daniel Pichichi Scioli, lanzó a los cuatro vientos la idea de una moneda común, sugiriendo que se estaba avanzando en tal sentido. 

Sin embargo, el recién nombrado Ministro da Fazenda, Alberto Haddad, anunció que nada por el estilo estaba en la agenda económica de nuestro gigante vecino, o sea, un papelón más que, en modo alguno, desmerece la penosa trayectoria de la Cancillería kirchnerista.


Enrique Guillermo Avogadro.
Abogado
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