lunes, 23 de junio de 2014

Carta a:


2014






Carta a:  


En tanto tiempo, en que dedico trabajo a volcar en Buen Día Noticia, mis notas y las de destacados analistas muy superiores a mi, sobre los acontecimientos políticos, económicos y sociales que aquejan a nuestra Patria, siempre traté, que usted lector, entienda con absoluta Libertad, que no soy opositor, ni enemigo, del gobierno de turno.
Solo soy, Crítico.
Es verdad que parezco enemigo, pero no lo soy por determinada persona o grupo político.
Soy enemigo a todo o nada, de quienes dañen a mi País, o a mis compatriotas.

Tanto es asi, que se demuestra en esta nota, donde doy pié, para comparar el antes y el hoy, y hoy, pierde por que el comportamiento social-ético y moral de los que ocupan un lugar destacado frente a la ciudadania, son absolutamente deleznables, frente a los personajes de bien, que fueron pilares de construcción del país de los Argentinos . . .
Lea a continuación, y después me cuenta.
Rodolfo Atilio Griffa.

Para enmarcar y tener como . . . ejemplo....!!!   


Envío de : Juan José Rosso.


Cualquier parecido es simple coincidencia..............
Muy buena carta de una persona íntegra............
igual que hoy día!!!
Eran otros tiempos….
Al actual lo tenemos trajinando Tribunales……


Elpidio Gonzalez.
La vergüenza que nos 
embarga como argentinos, 
soportando un 
mequetrefe corrupto de 
lcatadura de Amado 
Boudou, se agiganta al 
pensar en tantos 
honrosos compatriotas 
que ocuparon el sitial que 
hoy ensucia este ladrón.
Podríamos citar entre otros ilustres Vicepresidentes a don Nicolás Avellaneda, el fogonero de la política educativa de Sarmiento, pero a mi modo de ver, quien se lleva las palmas es don Elpidio González, cuyas virtudes cívicas y morales todos conocemos y que se pueden resumir en su carta de renuncia a la pensión vitalicia que acababa  de convertirse en ley.



Había sido Vicepresidente de don Marcelo T. de Alvear (1922/28) y Ministro del Interior durante la segunda
presidencia de Hipólito Yrigoyen (1928/30) hasta el golpe militar que lo encarceló durante dos años.
Retirado de la política, se ganaba la vida como vendedor callejero de Anilinas Colibrí.
El 18 de octubre de 1951 falleció luego de estar internado durante seis meses porque no tenía hogar ni quien se encargara de atenderlo.
Pidió en su testamento: “ser enterrado con toda modestia, como corresponde a mi carácter de católico, como hijo del seráfico padre San Francisco, a cuya tercera orden pertenezco, suplico con amor de Dios la limosna del hábito franciscano como mortaja y la plegaria de todos mis hermanos en perdón de mis pecados y en sufragio de mi alma”.
HONOR A SU MEMORIA.
Juan Manuel Otero.