lunes, 24 de diciembre de 2018

FELICIDADES

Esta Noche es Noche Buena, 
y Mañana Navidad.

Estimados Amigos, Nochebuena, Noche de Paz.
En mis ochenta años de vida quisiera que mi8 mensaje fuera lleno de Amor y Paz.
Pero, uno propone, y alguien dispone, y no creo que en este caso fuera precisamente Dios .
El día 22 del corriente recibí un extraño correo, de mi mismo.
Como usted comprenderá, la sorpresa fue enorme, como comprenderá sin dudas al leer este monumental mensaje.
Compartamos el texto recibido, y luego dejaré para usted, las consideraciones del caso:



pachecoproducciones@hotmail.com.ar
Sáb 22/12/2018, 15:56


Usted
Hola, como estas? 

Soy un programador que accedió a tu cuenta de correo electrónico "pachecoproducciones@hotmail.com.ar " y a tu dispositivo hace aproximadamente 7 meses. 
Usted ingreso una clave en uno de los sitios inseguros que visito y la detecte. 

Por supuesto que puedes cambiar tu clave, si ya no la has hecho. Pero eso no importa, mi software de administracion remota actualiza los cambios que usted hace cada vez que los haga, ademas si lo cambia desde otro dispositivo tambien, se infectara ese automaticamente. 

Por favor, no intentes contactarme o encontrarme, es imposible, ya que te envíe un correo electrónico desde tu propia cuenta de correo electrónico

A traves de tu correo electrónico, cargue un código malicioso en tu sistema operativo, este ataca cualquier aparato donde te hallas conectado con el email. 
Guarde todos tus contactos con amigos, colegas, familiares y un historial completo de visitas y/o historial de Internet. Tambien obtuve acceso a tus redes sociales... 
Instale un software de administracion remota en tu dispositivo y hay un largo espionaje sobre ti. 

No sos mi unica victima, por lo general encripto los dispositivos y pido un rescate. Pero me impresionaron los sitios de contenido intimo que visitas muy a menudo. Sin embargo, me da un poco de mala espina algunas cuestiones que escucho que tu hablas... 

Estoy en shock de tus fantasias! Guauu! Nunca he visto nada como esto! Ni siquiera sabia que DICHO contenido podia ser tan emocionante! 

Entonces, cuando te divertiste en sitios intimos (ya sabes a lo que me refiero) Hice una captura de pantalla con el uso de mi programa y de la camara de su dispositivo. Despues de eso, los uni al contenido del sitio actualmente visto. Y arme un video. 

Puedo tomar fotos con tu equipo movil, soy tus ojos... Puedo escuchar tambien con el, si, soy tus oidos... 

Sera divertido cuando le envie estas fotos a tus contactos! Y si tus familiares lo ven? PERO estoy seguro de que no lo quieres. Definitivamente no lo quisieras ... 


Pero todo tiene una solucion verdad? 

No hare esto si me pagas una pequenia cantidad. Creo que 100 usd es un buen precio para ello! 

Si me pagas con bitcoin, solo pagaras 100 usd Mi billetera es: 19YKUEXKG7nYNQ3V2QaXt8UhEF9ix48cQa 

Tambien puedes pagar por medio de paypal con tu tarjeta 100 usd desde aquí: Paypal Detener Ataque 
Si tiene dificultades para pagar con bitcoin, busca en Google "como hacer un pago en una billetera de bitcoin". Es facil.

Si no tienes Bitcoins, puedes comprar a traves de localbitcoins o paxful. 
Despues de recibir la cantidad anterior, todos sus datos se eliminarán de forma automática. Mi virus tambien se destruirá a si mismo de tu sistema operativo. 

Mi troyano tiene alerta automática, despues de que usted vea este correo electrónico, lo sabre. 

Tienes 2 dias (48 horas) para realizar un pago. Si esto no sucede, todos tus contactos recibirán emails locos con tu vida sucia. Y para que no me obstruyas, tu dispositivo estará bloqueado (tambien despues de 48 horas) 

No tomes esto frívolamente... Esta es la ultima advertencia! Varios servicios de seguridad o antivirus no lo ayudaran, a ciencia cierta (ya he recopilado todos sus datos). 

Aqui estan las recomendaciones de un profesional: Los antivirus no ayudan contra el codigo malicioso moderno. Simplemente no ingrese sus claves en sitios inseguros! 

Espero que seas mas prudente en el futuro. 

Adios.
Ante la sorpresa sobre este intento de extorsión, me tomé tiempo para pensar y resolver.
Estoy seguro que el emisor de la amenaza, posee todos los elementos como para cumplir con seguridad sus amenazas.
Pero como edificar mi vida me costó todo el tiempo vivido, y que usted sabe de mi todo lo necesario para leer lo que edito, tomé la decisión de no pagar un solo centavo para evitar que, quien todo lo puede con la tecnología impropia, pueda luego reclamar más,  y yo no estoy dispuesto a satisfacer sus innobles planes.
Y estoy seguro, que podrá fabricar todas las ignominias que quiera, pero no logrará que me rinda.
Es casi seguro, que intentara cosas graves, y quizas dolorosas.
Pero seguiré de pie, como si nada.
A todos, gracias, y perdon por si un personaje inadecuado los molesta por lastimarme.
Feliz Nochebuena, y una mejor navidad.
Rodolfo Griffa.

miércoles, 2 de mayo de 2018

UNA MENOS . . .

miércoles, 2 de mayo de 2018

FLORENCIA NOS DEJA .                                      

EL TÍTULO DE LA NACIÓN DICE: 

FUERTES CAMBIOS EN LA UNIVERSIDAD DE LA PLATA 

Leo con gran satisfacción que Florencia Saintout deja de ser la decana de la Facultad de Periodismo función que desempeñara durante interminables ocho años. Me sorprendió el comentario dado a la noticia que nos informaba : "Por último Florencia Saintout dejará de ser la decana de la Facultad de Periodismo y, aunque su lista política continuará en el poder, la visibilidad que tiene la unidad académica quizá no será la misma que con la legisladora kirchnerista".                  

Eso es todo.


Nuestro mediocre y pusilánime periodismo fue invadido por el relato kirchnerista y nunca mostró la sinceridad y la osadía de criticar a este personaje que dedicó su docencia filosófica y periodística a una militancia fanática llena de contradicciones y despropósitos, provistos de un oscurantismo e ignorancia muchas veces de extrema ridiculez.                                                                              

Ni siquiera en este momento abrieron su conciencia.
Con mucho gusto nosotros supliremos esa carencia con una breve síntesis de nuestra opinión, vertida en sendos artículos titulados "El Periodismo kirchnerista" de fechas 10/11/2014 y 9/1/ 2015.

Estamos obligados a volver a un tema ya analizado sobre el periodismo kirchnerista y su elocuente expositora la pseuda periodista decana de la pseudo universidad de la Plata, Florencia Saintout. 

Queremos destacar no sólo su parcialidad militante que le induce a combatir el periodismo que figura ser su materia de enseñanza, sino los garabatos expresivos que sólo ella parece entender.  

Lo dijimos en la ocasión de sus opiniones vertidas a raíz de la tragedia ferroviaria del Once. Textualmente expresó: “el accidente no es de “al menos de este Estado” sino de anteriores y de la “reproducción del capital” a la vez que consideró que los medios de comunicación practican una “pornografía del dolor de las víctimas“.
Vamos a disecar minuciosamente la frase de una culta Concejal.                                                          
En primer lugar dice que el accidente no es al menos de este Estado sino de anteriores.                      
Estimada señora periodista, el Estado es la organización política de la sociedad.                                  
El Gobierno es una parte de esa organización política que administra y ejecuta sus decisiones. 
Debió decir el Gobierno pues el Estado no puede chocar trenes, el Gobierno sí. ¿Entendió?                
En segundo lugar, nos tiene que explicar qué tiene que ver el accidente del Once con la "reproducción del capital".                                                                                  
Me recuerda a una frase que todavía tiene que explicar la expresidente, cuando dijo "soberanía satelital.
" ¡Qué disparate!.                                                                                                                        
Nos tienen acostumbrados a frases altisonantes y ampulosas sin ningún significado, que solo buscan la admiración y el apoyo de gente mercenaria que aplaude cualquier desatino.
Y aquí viene la frase de puro corte cervantino que mi humilde conocimiento no la puede descifrar. 
La pronunció hoy en un reportaje de colegas del “relato y el “modelo” y dice: “ Existen contextos, procesos históricos, que la crueldad se produce históricamente.                                                          
Tenemos una condición [como seres humanos] de poner en cuestión el mundo en que vivimos y transformarlo.                                                                                     Hay que hacer el duelo [del atentado], pero hay que hacer algo más"
Ante la pregunta sobre si creía que el atentado al semanario satírico Charle Hebdo del 7 de enero en París había sido un ataque a la libertad de expresión, la concejal respondió: 
" Creo que éste es un atentado a la humanidad. Decir que esto es un atentado a la libertad de expresión es reduccionista. 
A los periodistas de acá [de la Argentina] les sirve para pegarle a un gobierno.  En nombre de la libertad de expresión, se dice cualquier cosa.                                  Decir que es un atentando a la libertad de expresión es un reduccionismo interesado".
De modo que la conferencista nos hace ver que hay periodistas de acá y por supuesto habrá periodistas de allá, algunos se ocupan de endiosar a un gobierno y los otros jugarán a pegarle. 

Una interpretación muy inteligente y acabada del periodismo mundial. 
Olvidaba una frase que pronunciara en un momento álgido de su lucidez mental, fue cuando afirmó “El Futbol Para Todos es un Bien Cultural.”

El 10 de noviembre del 2014 publicamos, con el mismo título, nuestra opinión sobre la periodista militante kirchnerista Florencia Saintout y decíamos:

"La decana ultrakirchnerista de la Facultad de Periodismo de La Plata y concejal del bloque K, Florencia Saintout, presentó un proyecto para que el municipio destine el 3 % de los cargos de empleados a ex convictos.                                                                                                                        
Apeló para respaldar a la norma al apoyo de Horacio Braga, integrante de la banda de Los Hornos que hace 17 años mató a Cabezas y luego incendió su cuerpo que fue hallado sin vida en General Madariaga, a 11 kilómetros de Pinamar.

Se hizo muy popular entre sus colegas militantes al entregar el premio "Rodolfo Walsh a la comunicación popular" a los presidentes bolivarianos Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Cristina Kirchner y aunque sea difícil de digerir, a Hebe de Bonafini.

Realmente, ¿no se merece un recuerdo de su gestión que, como hemos demostrado, fue un dechado de cultura filosófica y periodística?                              
Sin embargo, sus colegas periodistas, que tanto la agasajaron durante su lucido decanato, no fueron capaces de brindarle una despedida con honores.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

2 de mayo de 2018
Populismo en América Latina:      serie que desata polémica .
“Aunque no estoy de acuerdo con lo que el otro diga siempre se debe luchar por su libertad para decirlo”.
“La libertad de expresión es fundamental para defender las ideas en una sociedad.

Populismo en América Latina . . .          serie que desata polémica!!!                   

Participantes Gloria Álvarez y Axel Kaiser invitan a la sociedad civil a exigir la difusión de la serie para lograr un voto informado y a los medios a no amedrentarse ...
Gloria Álvarez y Axel Kaiser, autores de El engaño populista invitan a medios a perder el miedo y a los ciudadanos a abrir espacios de difusión.(FotoMontaje de PanAm Post)
Por :   Mamela Fiallo       para  
Sin haber salido al aire, la serie “Populismo en América Latina” está causando polémica. Por un lado, AMLO, candidato presidencial mexicano, exige que la producción esclarezca quién financió la elaboración y a cambio de saber ofrece financiar y transmitirla.
De las versiones existentes, una es que National Geographic (NatGeo) iba a lanzar el programa el día 30 de abril.                                                                         Sin embargodiversos medios alegan que el canal lo niega; aunque ninguno ha brindado una fuente de lo supuestamente dicho por los directivos del canal.
No tardaron en manifestarse  varios de los expertos citados durante la grabación, quienes invitan a la ciudadanía a defender la libertad de expresión y a rechazar la censura como método de inhibición.
Entre los manifestantes están Axel Kaiser Gloria Álvarez, co-autores del libro                                    
El engaño populista.
“NO A LA CENSURA del documental “Populismo en América Latina”:                                          
Este es un llamado a defender la Libertad de Expresión en México e Iberoamérica.            
Cuando los medios de comunicación censuran por complacer a candidatos políticos y a gobernantes, dejan de cumplir su función de ser auténticos vigilantes del poder político”, dijo Axel Kaiser para presentar el video donde rechaza la censura.
“El rol de los medios de comunicación en una sociedad democrática, es contrapesar el poder político, fiscalizar el poder político y transmitir precisamente aquellos contenidos que resultan incómodos, esa es la función que tienen al conectar a las audiencias, a la ciudadanía con la transmisión de verdades e ideas que le permiten tomar decisiones informadas a esa misma audiencia.                        
Es de esperar por el bien de la democracia en América Latina y de la prensa libre que el canal revierta la decisión y ponga el contenido del documental a disposición del público latinoamericano para que este se forme en su propia opinión”, dijo Kaiser en el video.                                                                            La importancia de este documental trasciende una época electoral de un solo país, pues en el mismo se trata de manera cronológica las consecuencias que el populismo ha tenido en diferentes latitudes desde Juan Domingo Perón y los Kirchner en Argentina, pasando por Lula da Silva y Getulio Vargas en Brasil, hasta la realidad venezolana bajo el mando de Hugo Chávez y Nicolás maduro, el documental Populismo en América Latina lo que busca es explicar una realidad. Así que este es un llamado, a todos los iberoamericanos, a quienes les preocupa genuinamente los procesos políticos en nuestra región para que no solo sea el canal Nat Geo, sino otro medios de comunicación de diferentes países de Latinoamérica”, dice Gloria Álvarez en el video compartido por Axel Kaiser.                                                
Consultamos con la politóloga libertaria guatemalteca Gloria Álvarez, a su vez hija y nieta de exiliados del totalitarismo en Cuba y Hungría, quien nos dice lo siguiente: 
”Este documental trasciende a una época electoral de un solo país.                                           
Es un documental que le será útil incluso a las generaciones por venir para entender una realidad que golpea a toda Iberoamérica”.                                                                                   
Hace eco de las palabras del filósofo Voltaire: “Aunque no estoy de acuerdo con lo que el otro diga siempre se debe luchar por su libertad para decirlo”.
“Espero que los ciudadanos en toda Iberoamérica nos apoyen consiguiendo lugares donde este documental pueda ser transmitido y que este esfuerzo de docenas de académicos, historiadores, periodistas, sociólogos y politólogos no se quede engavetado”, agrega.
Concluye:                                                                                                    
“La libertad de expresión es fundamental para defender las ideas en una sociedad.                
Es el intercambio libre de ideas el único que puede permitir que cada individuo dentro una sociedad tome sus propias decisiones y se pueda cuestionar analizando las múltiples posibilidades que hay”.

domingo, 29 de abril de 2018

Juez Quiroga asesinado

ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL JUEZ                          JORGE QUIROGA.
En un nuevo aniversario del asesinato del Juez Jorge Quiroga recordamos el intento de combatir el terrorismo con la ley en la mano.                                                                      
Fallido intento pues la política metió la cola, amnistió a todos los condenados, disolvió la Cámara Federal Penal y dejó librados a su suerte a los jueces que sufrieron atentados, amenazas y el asesinato.

CREACIÓN DE LA CÁMARA FEDERAL PENAL.

El 12 de mar­zo de 1971, tras el pla­ni­fi­ca­do Cordobazo, ar­ma­do con­tra el in­ter­ven­tor Ca­mi­lo Uri­bu­ru, se de­rrum­bó el go­bierno de Ro­ber­to Mar­ce­lo Le­vings­ton y asu­mió la Pre­si­den­cia de la Na­ción Ale­jan­dro Agus­tín La­nus­se, el úl­ti­mo cau­di­llo mi­li­tar del si­glo XX, y las Fuer­zas Ar­ma­das co­men­za­ron a pla­near en­ton­ces una re­ti­ra­da de­co­ro­sa del po­der.

Como agu­da­men­te ob­ser­vó Pa­blo Ma­riano Pon­za, “el gran acier­to po­lí­ti­co de La­nus­se fue ob­ser­var con cla­ri­dad que la me­jor ma­ne­ra (sino la úni­ca) de des­com­pri­mir la si­tua­ción so­cial, des­ac­ti­var la gue­rri­lla y la ame­na­za de di­vi­sio­nes irre­cu­pe­ra­bles en el seno de la cor­po­ra­ción mi­li­tar era pro­pi­cian­do una sa­li­da de­mo­crá­ti­ca”.
A lo lar­go y a lo an­cho del te­rri­to­rio na­cio­nal se in­cre­men­ta­ron los aten­ta­dos te­rro­ris­tas, y La­nus­se re­ci­bió todo tipo de pre­sio­nes para ter­mi­nar con la vio­len­cia a cual­quier pre­cio. 
Unos cla­ma­ban por “es­cua­dro­nes de la muer­te”, como en Bra­sil. 
Otros más sen­sa­tos, más só­li­dos mo­ral e in­te­lec­tual­men­te, se ne­ga­ron a la ley del “todo vale” con tal de ter­mi­nar con el fla­ge­lo sub­ver­si­vo, como co­men­za­ría a im­ple­men­tar­se du­ran­te los go­bier­nos de Juan Do­min­go Pe­rón y su es­po­sa (1973-1975).

Jai­me “Jac­ques” Luis En­ri­que Pe­rriaux no fue el úni­co en pro­nun­ciar­se por la le­ga­li­dad, pero es­ta­ba en el lu­gar in­di­ca­do para ha­cer­se es­cu­char por­que era el mi­nis­tro de Jus­ti­cia de La­nus­se, y con­tó para ello con la in­va­lo­ra­ble ayu­da in­te­lec­tual de el “Tata” Ar­gi­bay, en ese en­ton­ces miem­bro de la Cá­ma­ra del Cri­men de la Ca­pi­tal Fe­de­ral.
Otro que im­pi­dió cual­quier desa­tino fue el ge­ne­ral Al­ber­to Sa­muel Cá­ce­res Anasa­gas­ti, jefe de la Po­li­cía Fe­de­ral.

La Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal

El 28 de mayo de 1971, el go­bierno de fac­to de Ale­jan­dro Agus­tín La­nus­se pro­mul­gó la ley 19.053, crean­do la Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal de la Na­ción, por­que los juz­ga­dos fe­de­ra­les es­ta­ban des­bor­da­dos e im­po­ten­tes para ha­cer fren­te a la vio­len­cia ar­ma­da.                                                                                                 
Ima­gi­na­da por el ge­nio del mi­nis­tro de Jus­ti­cia, Jai­me Pe­rriaux, di­cha Cá­ma­ra es­ta­ría com­pues­ta por tres sa­las, in­te­gra­das cada una por tres jue­ces pro­bos de de­mos­tra­da for­ma­ción ju­rí­di­ca.           
Nin­guno de los nue­ve jue­ces era un im­pro­vi­sa­do.                                                                                       
Car­ga­ban en sus es­pal­das lar­gos años en el foro ju­di­cial.                                                                             
Los jue­ces fue­ron:                                                        
Er­nes­to Ure, Juan Car­los Díaz Rey­nolds, Car­los En­ri­que Mal­brán (Sala 1);
Cé­sar Black, Eduar­do Mu­ni­lla La­ca­sa y Jai­me Smart                    (Sala 2);                   
To­más Ba­rre­ra Agui­rre (lue­go re­em­pla­za­do por Es­te­ban Ver­ga­ra), Jor­ge Vi­cen­te Qui­ro­ga y Ma­rio Fer­nán­dez Badessich                                                                                                                                                     (Sala 3).                       
A su vez, cada juz­ga­do te­nía un se­cre­ta­rio y su res­pec­ti­vo fis­cal, ade­más del ne­ce­sa­rio per­so­nal ju­di­cial.                                                     
 Dos he­chos pro­mo­vie­ron la for­ma­ción de la CA­FE­PE: el co­pa­mien­to de la lo­ca­li­dad de Ga­rín por co­man­dos de las FAR, el 30 de ju­lio de 1970, y el asal­to a un ca­mión del Ejér­ci­to en el que es eje­cu­ta­do el te­nien­te Ma­rio Cé­sar Azúa y he­ri­do el sol­da­do Hugo Al­ber­to Vac­ca, en abril de 1971.                 

La ges­ta­ción del alto tri­bu­nal no es­tu­vo des­pro­vis­ta de pre­sio­nes cas­tren­ses y eso ge­ne­ró un re­tra­so en el co­mien­zo de sus ta­reas.                                                                                     
Una de las tan­tas ob­je­cio­nes que po­nían los sec­to­res más du­ros del Ejér­ci­to era so­bre el des­tino que de­bía dar­se a los de­te­ni­dos por las fuer­zas mi­li­ta­res y, en ese caso, quién de­bía sus­tan­ciar las in­ves­ti­ga­cio­nes co­rres­pon­dien­tes, por­que has­ta ese mo­men­to los uni­for­ma­dos lle­va­ban el peso de la con­tra­in­sur­gen­cia.                                                                                                                                     
Los ca­ma­ris­tas se ne­ga­ron a ju­rar si no se mo­di­fi­ca­ba —y ade­más esa mo­di­fi­ca­ción de­bía ser pú­bli­ca an­tes del ju­ra­men­to— la ley 19.081 que re­gu­la­ba la ac­tua­ción de las Fuer­zas Ar­ma­das en la lu­cha an­ti­gue­rri­lle­ra.                                                                                                                                         
En de­fi­ni­ti­va, de lo que se tra­ta­ba era de pe­lear a la vio­len­cia re­vo­lu­cio­na­ria —  “la gue­rra po­pu­lar pro­lon­ga­da”, como sos­te­nían las or­ga­ni­za­cio­nes ar­ma­das—          con la ley en la mano.                          

Como di­ría mu­chos años más tar­de el alto tri­bu­nal que juz­gó a las jun­tas mi­li­ta­res del Pro­ce­so de Re­or­ga­ni­za­ción Na­cio­nal, cuan­do la “gue­rra” en el ám­bi­to mi­li­tar ha­bía ter­mi­na­do con la de­rro­ta del te­rro­ris­mo, “[…] a par­tir de 1970, los dis­tin­tos go­bier­nos de la Na­ción Ar­gen­ti­na dic­ta­ron di­ver­sas nor­mas ten­dien­tes a ha­cer más efec­ti­va la de­fen­sa del país con­tra el fla­ge­lo te­rro­ris­ta […] La ma­yor par­te de esas dis­po­si­cio­nes es­tu­vie­ron di­ri­gi­das a re­pri­mir con ri­gor cre­cien­te la ac­ti­vi­dad sub­ver­si­va . . . 
 sal­vo un mo­men­tá­neo eclip­se ope­ra­do en el cur­so de 1973 […]
 du­ran­te este año, por ra­zo­nes po­lí­ti­cas que no co­rres­pon­de a esta Cá­ma­ra             juz­gar, se dic­tó la ley de am­nis­tía 20.508, en vir­tud de la cual ob­tu­vie­ron la li­ber­tad un ele­va­do nú­me­ro de de­lin­cuen­tes sub­ver­si­vos —con­de­na­dos por una jus­ti­cia que se mos­tró efi­caz para elu­ci­dar gran can­ti­dad de crí­me­nes por ellos per­pe­tra­dos—
 cu­yos efec­tos, apre­cia­dos con pers­pec­ti­va his­tó­ri­ca, le­jos es­tu­vie­ron de ser pa­ci­fi­ca­do­res”.                                                                           
El 6 de ju­lio de 1971, por el de­cre­to 2.100, ar­tícu­lo 2º, se se­ña­ló: “Si como con­se­cuen­cia de las ope­ra­cio­nes mi­li­ta­res efec­tua­das por apli­ca­ción de la ley nú­me­ro 19.081, se pro­du­je­re la de­ten­ción de per­so­nas, tal cir­cuns­tan­cia se co­mu­ni­ca­rá por la vía más rá­pi­da a la Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal de la Na­ción.
Sin per­jui­cio de ello, y den­tro de las 24 ho­ras, se pon­drán los de­te­ni­dos, los ele­men­tos pro­ba­to­rios ob­te­ni­dos y las ac­tua­cio­nes que ha­yan la­bra­do a dis­po­si­ción del men­cio­na­do tri­bu­nal”.

De esa ma­ne­ra, los ca­ma­ris­tas tra­za­ron una raya en­tre las ju­ris­dic­cio­nes de los jue­ces y los miem­bros de las Fuer­zas Ar­ma­das.                                   
Cum­pli­da esta exi­gen­cia, que ha­cía re­caer en el alto tri­bu­nal ci­vil la po­tes­tad ab­so­lu­ta de la ad­mi­nis­tra­ción de la jus­ti­cia —y sus pro­ce­di­mien­tos—, el miér­co­les 7 de ju­lio, en la Sala de Au­dien­cias de la Cor­te Su­pre­ma de la Na­ción, pres­ta­ron ju­ra­men­to los nue­ve ca­ma­ris­tas y los tres fis­ca­les que la in­te­gra­ron.
Se hi­cie­ron car­go Mar­ce­lo To­más Ba­rre­ra Agui­rre (lue­go re­em­pla­za­do por Es­te­ban Ver­ga­ra), Cé­sar Black, Juan Car­los Díaz Rey­nolds, Ma­rio A. Fer­nán­dez Badessich, Car­los En­ri­que Mal­brán, Eduar­do H. Mu­ni­lla La­ca­sa, Jor­ge V. Qui­ro­ga, Jai­me La­mont Smart y Er­nes­to B. Ure. Como fis­ca­les lo hi­cie­ron Os­val­do San­tia­go Fas­si, Jor­ge R. Gon­zá­lez No­vi­llo y Ga­bino J. Sa­las.                                               
El pri­mer Acuer­do del tri­bu­nal fue la de­sig­na­ción del pre­si­den­te de la Cá­ma­ra, que re­ca­yó en el doc­tor Cé­sar Black.
El mis­mo día se dic­tó el Acuer­do Nº 2, nom­bran­do a los fun­cio­na­rios ju­di­cia­les más re­le­van­tes.
Pri­me­ro, a los se­cre­ta­rios de sala:
Al­ber­to Loza Le­gui­za­món, Luis Ma­ría Ga­lle­go del Va­lle y Adol­fo La­nas (h).
Se­gun­do, los se­cre­ta­rios ins­truc­to­res:
Mar­tín An­zoá­te­gui, Ra­món Ben­ja­mín Ro­jas, Pe­dro Car­los Nar­vaiz, Ho­ra­cio A. Vac­ca­re, Sa­muel Ma­ría So­mo­za (h), Nino Tu­lio Gar­cía Mo­ri­tán, Ed­gar­do Fro­la, José Ig­na­cio Ga­ro­na y Víc­tor Adol­fo Yá­ñez.
Ter­ce­ro, los le­tra­dos de las fis­ca­lías:
Car­los A. Cu­rraiz, Ber­nar­do Jor­ge Ro­drí­guez Pal­ma y Gre­go­rio Ba­dén. Por úl­ti­mo se de­sig­nó al pro­se­cre­ta­rio ge­ne­ral del tri­bu­nal, Car­los Al­ber­to Bian­co.                                             
Lue­go se nom­bra­ron al­re­de­dor de cien em­plea­dos ad­mi­nis­tra­ti­vos, se fi­ja­ron las es­ca­las sa­la­ria­les con un plus de cua­ren­ta por cien­to más por el fac­tor ries­go.   
Se es­ta­ble­ció la sede de la Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal en la ca­lle Via­mon­te, a me­tros de la pla­za La­va­lle.
• La com­pe­ten­cia de la CA­FE­PE
La Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal fue in­te­gra­da por tres sa­las con tres jue­ces cada una, tres fis­ca­les y ju­ris­dic­ción en todo el país. Di­chas sa­las se van a pro­nun­ciar en el jui­cio oral pro­pia­men­te di­cho so­bre cada cau­sa en par­ti­cu­lar, so­bre la base de una ave­ri­gua­ción pre­li­mi­nar lle­va­da por uno de sus vo­ca­les.           
 De esta ma­ne­ra, el tri­bu­nal adop­ta­ba una or­ga­ni­za­ción pe­cu­liar: los nue­ve jue­ces (ca­ma­ris­tas) de las tres sa­las di­ri­gían sus pro­pias vo­ca­lías para sus­tan­ciar los su­ma­rios que les co­rres­pon­dían por tur­nos, y cuan­do esas ave­ri­gua­cio­nes —o in­ves­ti­ga­cio­nes— ter­mi­na­ban con una impu­tación con­so­li­da­da con­tra una per­so­na por un de­li­to de ca­rác­ter sub­ver­si­vo, el vo­cal ac­tuan­te im­pul­sa­ba la re­mi­sión del ex­pe­dien­te a la sala de jui­cio que, a par­tir de ahí, ac­tua­ba en pleno.
Pri­me­ro se pro­nun­cia­ba el fis­cal que so­li­ci­ta­ba el so­bre­sei­mien­to del de­te­ni­do o for­mu­la­ba la acu­sa­ción.        
Y, en este caso, se daba tras­la­do a la de­fen­sa y lue­go se fi­ja­ba fe­cha para la au­dien­cia oral.
La ley que es­ta­ble­ció el fue­ro an­ti­sub­ver­si­vo no re­co­no­ció a las cau­sas que ya es­ta­ban en trá­mi­te (en el mar­co de la ley 18.670, de mayo de 1970) y se fa­lla­ron por el tri­bu­nal que las te­nía a car­go.
Los de­li­tos so­bre los que en­ten­dió la CA­FE­PE fue­ron enu­me­ra­dos ta­xa­ti­va­men­te en la ley que la creó y, tal como dice el men­sa­je del mi­nis­tro Jai­me Pe­rriaux, son los “de ín­do­le fe­de­ral que se co­me­tan en el te­rri­to­rio na­cio­nal y le­sio­nen o tien­dan a vul­ne­rar bá­si­cos prin­ci­pios de nues­tra or­ga­ni­za­ción cons­ti­tu­cio­nal o la se­gu­ri­dad de las ins­ti­tu­cio­nes del Es­ta­do”, y son aque­llos de­li­tos que “en la ma­yo­ría de los ca­sos tie­nen por ob­je­to lo­grar una rup­tu­ra vio­len­ta del sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal ar­gen­tino y que afec­tan en for­ma di­rec­ta los más al­tos in­tere­ses na­cio­na­les”.
El men­sa­je de Pe­rriaux des­ta­ca que los de­li­tos de que se tra­ta abar­can todo el país y mues­tran es­tre­cha vin­cu­la­ción en­tre sí, por lo que “tor­na in­efi­caz para su juz­ga­mien­to la ac­tual com­pe­ten­cia te­rri­to­rial de los tri­bu­na­les fe­de­ra­les […] hoy los jue­ces in­ter­vie­nen con ju­ris­dic­ción li­mi­ta­da a sec­to­res y, por tan­to, no pue­den te­ner un co­no­ci­mien­to aca­ba­do de las or­ga­ni­za­cio­nes que, por su mo­da­li­dad de ac­tua­ción, tie­nen los ca­rac­te­res pro­pios de vas­tas aso­cia­cio­nes cri­mi­na­les con pro­yec­cio­nes en dis­tin­tos ám­bi­tos. La dis­per­sión de in­ves­ti­ga­cio­nes cons­pi­ra con­tra la aprehen­sión y san­ción de los de­lin­cuen­tes a que hago re­fe­ren­cia”. Éste re­sul­ta uno de los te­mas cen­tra­les de la ley, la cues­tión de la com­pe­ten­cia que tan­to uti­li­zó la ul­tra­iz­quier­da para ata­car­la, des­vir­tuar­la e in­ten­tar fre­nar­la.
La idea de la ju­ris­dic­ción en todo el te­rri­to­rio na­cio­nal de la CA­FE­PE fue una cla­ve im­por­tan­te para el éxi­to mos­tra­do en muy poco tiem­po, y esta cues­tión se mide en la es­ta­dís­ti­ca de ca­sos ini­cia­dos, tra­mi­ta­dos y juz­ga­dos, el ín­di­ce de sen­ten­cias de con­de­na y la reac­ción que tuvo la ley en­tre las or­ga­ni­za­cio­nes te­rro­ris­tas. Lo que vino des­pués del 25 de mayo de 1973 mató para siem­pre la ex­pe­rien­cia de un tri­bu­nal apro­pia­do para una ca­te­go­ría de ca­sos que pu­sie­ron en cri­sis a todo el sis­te­ma ju­di­cial y pa­ra­li­za­ron una res­pues­ta ins­ti­tu­cio­nal.

La di­ri­gen­cia ar­gen­ti­na acom­pa­ñó ale­gre­men­te la di­so­lu­ción del alto tri­bu­nal en me­dio del es­pan­to de los cua­ren­ta y nue­ve días de go­bierno de Héc­tor J. Cám­po­ra.                                                            
Poco des­pués, cuan­do qui­so vol­ver a un me­ca­nis­mo si­mi­lar de ad­mi­nis­tra­ción de jus­ti­cia, ya era tar­de.        
Las fuer­zas de uno y otro lado se ha­lla­ban en el cam­po de com­ba­te.                                                                    
Ha­bía lle­ga­do la hora de “ex­ter­mi­nar uno a uno” a los te­rro­ris­tas, como dijo Juan Do­min­go Pe­rón en 1974.    Y la de­gra­da­ción fi­nal lle­gó cuan­do la jus­ti­cia se de­ci­dió en un “cen­tro de de­ten­ción” o en una “cár­cel del pue­blo”.
Cada impu­tado con­tó con to­das las ga­ran­tías pro­ce­sa­les del caso.                                                                  
 Así pue­den ates­ti­guar­lo sus abo­ga­dos de­fen­so­res y los do­cu­men­tos que hoy sa­len a la luz lo van a de­mos­trar con ab­so­lu­ta pre­ci­sión.                                                                                                                                            
Sin em­bar­go, para de­nos­tar­, a la Cá­ma­ra la de­no­mi­na­ron el “Ca­ma­rón” o la “Cá­ma­ra del Te­rror”.
De­ben re­cor­dar­se, en­ton­ces, las di­rec­ti­vas del pre­si­den­te La­nus­se a los al­tos man­dos del Ejér­ci­to: “En la lu­cha con­tra el enemi­go sub­ver­si­vo debe evi­tar­se la fá­cil ten­ta­ción de em­plear los mis­mos mé­to­dos que los te­rro­ris­tas, ya que ello de­te­rio­ra­ría gra­ve­men­te la eti­ci­dad de nues­tra po­si­ción y des­trui­ría el fun­da­men­to de nues­tra lu­cha”.

Es de­cir, no fue­ron “jue­ces sin ros­tro”, en­ca­pu­cha­dos, los que dic­ta­ron las sen­ten­cias. Todo lo con­tra­rio a lo que su­ce­dió en el Perú de Al­ber­to Fu­ji­mo­ri cuan­do se juz­ga­ron a miem­bros de la or­ga­ni­za­ción Sen­de­ro Lu­mi­no­so, en la dé­ca­da del no­ven­ta.                                                                                                                        
Tam­po­co se al­za­ron tri­bu­na­les mi­li­ta­res como en el Uru­guay de co­mien­zos de los se­ten­ta.
El 25 de mayo de 1973, el pe­ro­nis­mo “mi­li­tan­te” triun­fan­te en el po­der, jun­to con otras or­ga­ni­za­cio­nes ar­ma­das, con­tan­do con la desapren­sión, la in­di­fe­ren­cia, la com­pli­ci­dad o el te­mor de la so­cie­dad po­lí­ti­ca, asal­tó las cár­ce­les li­be­ran­do a los pre­sos gue­rri­lle­ros.                  
Al día si­guien­te, in­mer­so en un cli­ma en­tre fes­ti­vo y es­pe­ran­za­do, el Par­la­men­to otor­gó una am­plia y ge­ne­ro­sa am­nis­tía y di­sol­vió la Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal. Pe­rón, des­de Ma­drid, dejó ha­cer y, des­pués, de­mos­tró su dis­gus­to cuan­do era tar­de.

Se­gún Es­te­ban Rig­hi, el mi­nis­tro del In­te­rior de ese mo­men­to, la ley de am­nis­tía “no fue con­ver­sa­da con los mi­li­ta­res, pero sí fue tra­ta­da con las otras fuer­zas po­lí­ti­cas”.              
Ante una con­sul­ta de Rig­hi, el jefe del blo­que del ra­di­ca­lis­mo, An­to­nio Tróc­co­li, res­pon­dió:  “No­so­tros es­ta­mos de acuer­do con esta de­ci­sión, por­que que­re­mos que el país arran­que de cero ki­ló­me­tro”.                                                                                                                                                   
Des­pués, cuan­do era tar­de, lo la­men­ta­ría.
Como ava­lan­do lo con­fe­sa­do por el “Bebe” Rig­hi, Ed­gar­do Fro­la, in­te­gran­te de la Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal, dijo: “Ante la po­si­bi­li­dad de una ley de am­nis­tía, des­pués de las elec­cio­nes del 11 de mar­zo del 73, fui a la casa de Fran­cis­co Ba­rrei­ro, pri­mo de Ger­mán Ló­pez Ba­rrei­ro, y me reuní con el dipu­tado Day y Ro­que Ca­rran­za.                                                                                                             
Les con­té quié­nes eran los más im­por­tan­tes (je­fes gue­rri­lle­ros) que iban a que­dar li­bres, de dón­de ve­nían y qué je­rar­quía te­nían den­tro de las or­ga­ni­za­cio­nes ar­ma­das.       
Day era el en­car­ga­do de es­cri­bir el pro­yec­to de ley de am­nis­tía del ra­di­ca­lis­mo.                                   
Pa­re­ció no es­cu­char­me por­que al fi­nal me dijo: ‘Es­ta­mos obli­ga­dos a pre­sen­tar una ley más am­plia y más ge­ne­ro­sa que el Par­ti­do Jus­ti­cia­lis­ta’”.
Los gue­rri­lle­ros li­be­ra­dos vol­vie­ron in­me­dia­ta­men­te a sus or­ga­ni­za­cio­nes esa mis­ma no­che.             
No per­die­ron tiem­po.                                                                                                                                     
“He vis­to sa­lir a los pre­sos de las cár­ce­les.                                                                                                 
Na­die es­ta­ba dis­pues­to a per­do­nar nada.                                                                                                       
Los que eran li­be­ra­dos se abra­za­ban en un re­en­cuen­tro de lu­cha”, afir­mó Héc­tor Sand­ler, el en­ton­ces dipu­tado na­cio­nal de la Alian­za Po­pu­lar Re­vo­lu­cio­na­ria.                                                                   
En otras pa­la­bras, se lar­ga­ban a las ca­lles para vol­ver a ma­tar.
En la cár­cel “te­nía­mos que for­mar­nos po­lí­ti­ca­men­te para que una vez que sa­lié­ra­mos fué­ra­mos a in­ser­tar­nos in­me­dia­ta­men­te y po­der se­guir mi­li­tan­do a la par de los otros com­pa­ñe­ros”, dijo Ali­cia San­gui­net­ti, mi­li­tan­te del PRT-ERP (hija de la fo­tó­gra­fa Anne Ma­rie Hein­rich), agre­gan­do, en la mis­ma oca­sión, que Ma­ría An­gé­li­ca Sa­be­lli “daba cla­ses de arme y desar­me con un palo de es­co­ba”.
Fren­te a la im­po­ten­cia del Es­ta­do para com­ba­tir el des­bor­de te­rro­ris­ta, un tiem­po más tar­de, el go­bierno de Ma­ría Es­te­la Mar­tí­nez de Pe­rón in­ten­tó re­crear un me­ca­nis­mo si­mi­lar al de la Cá­ma­ra Fe­de­ral Pe­nal.                                                                                                             
Era tar­de.                                                                                                                             
Na­die que­ría acep­tar, por­que sus an­te­rio­res jue­ces y fun­cio­na­rios ha­bían sido so­me­ti­dos a una se­ve­ra per­se­cu­ción

Al­gu­nos fue­ron ase­si­na­dos (juez Jor­ge Vi­cen­te Qui­ro­ga), 

otros su­frie­ron aten­ta­dos per­so­na­les (Mu­ni­lla La­ca­sa y Mal­brán).                            
Otros, como Jai­me Smart y Ure, tu­vie­ron que exi­liar­se.                                            

Mu­chos más fue­ron de­gra­da­dos en la ca­rre­ra ju­di­cial.

La con­se­cuen­cia fue que, fren­te a los he­chos te­rro­ris­tas, co­men­zó a im­pe­rar la res­pues­ta de la ley de la ca­lle y lle­ga­ron las pa­to­tas, has­ta que se or­de­nó a las Fuer­zas Ar­ma­das ani­qui­lar a la sub­ver­sión.            

Des­de las “Di­rec­ti­vas a los di­ri­gen­tes para ter­mi­nar con el pro­ce­so de ‘en­tris­mo’ iz­quier­dis­ta en el Jus­ti­cia­lis­mo” (au­to­ri­za­das por Pe­rón, des­pués del ase­si­na­to del sin­di­ca­lis­ta José Ig­na­cio Ruc­ci), a la Tri­ple A le res­ta­ba sólo po­ner­las en mar­cha.

La so­cie­dad ar­gen­ti­na se ha­bía que­da­do sin jus­ti­cia y sin ley.      
An­tes del 24 de mar­zo de 1976.

Extractado de : Volver a matar .                                           
De Juan B. Yofre